lunes, 26 de mayo de 2014

Los Apologetas

"LOS APOLOGETAS", Huelva Información, 19-5-14



El crítico Diego A. Manrique se quejaba recientemente de la costumbre española de santificar a los muertos, todo a partir de las críticas recibidas por un documental sobre Antonio Vega en el que no escatimaban sus idas y venidas a los "supermercados" madrileños del "jaco". Parece que los únicos que tienen carta blanca para hablar son los protectores de los fallecidos, investidos con una especie de moral indiscutible.
El asesinato de la Presidenta de la Diputación de León ha despertado al censor dentro del Ministro del Interior, precipitado a anunciar investigaciones y cambios legales a fin de perseguir a quienes se han mofado o han jaleado esta truculenta muerte a través de las redes sociales. Conste mi rechazo a los malos modos o al insulto sea por el medio que fuere. Pero oigo a estos tutores nuestros privándonos de la libertad de errar y me pregunto quién les dio la infalibilidad. Siempre me han parecido borrosos e interesados los delitos de "apología de". Un terrorista es el ejecutor de un acción terrorista y también lo son quienes contribuyen materialmente a su consecución; apología... ¿es apología del choriceo defender la contabilidad popular reciente? ¿Es apología de la desvergüenza alabar la integridad de los gobiernos socialistas andaluces de los últimos años? ¿Es apología del fraude fiscal ser liberal y defender que no se deben pagar impuestos o los menos posibles?
Una sociedad racional no tiende a legislar todo, sino que da formación a su ciudadanía para que actúe con urbanidad. Pregunto sobre esta cuestión en mis clases de Historia de la Filosofía (que ahora suprime Wert) y Marta y Daniel me contestan que quienes quieren controlar el contenido de las redes son los mismos que toleran invectivas contra la homosexualidad, el aborto o la eutanasia desde la Conferencia Episcopal, o que parece mentira que se dedique tanta policía a localizar a tontos usuarios de las redes mientras un futuro incierto se cierne sobre generaciones enteras por culpa de un saqueo que, cada vez más, parece que fue sistemático (ERES, Gürtel, ADIF, cursos de formación, empresas fantasma para defraudar a la Seguridad Social...). Jóvenes valiosos.
Yo sólo creo en la Razón, y no siempre. La cultura te hace distinguir por ti mismo sin la peda-dema-gogía de Jorge Fernández Díaz. RTVE anuncia la noticia y muestra los "twitts" para que todos los leamos: ¿también apologistas? No se persiguen las ideas sino hechos. A mí me da igual que un nazi se promueva, que un terrorista difunda sus patrañas; lo sospechoso que se investigue y que haya condenas firmes si hay delitos. Por eso somos una sociedad libre; si no, abundaremos en ese camino impredecible de la "guerra preventiva" siempre contra los otros. Por favor, ¿queda alguien ahí fuera?

domingo, 18 de mayo de 2014

"Había una vez..."

"HABÍA UNA VEZ...", Huelva Información, 12-5-14



Un circo, que es lo que quieren que seamos para el resto del mundo. No olvidemos que cuando viajamos por ahí de turismo miramos las costumbres de los otros como pintorescas e incomensurables, es decir que, por mucho que nos llamen la atención, las vemos como espectáculo que jamás meteríamos en nuestras casas o practicaríamos.
Y eso somos para nuestros visitantes, unos tipos que matan toros en unos cosos al grito de ¡olé!, unos borrachos que pagan menos que nadie en el mundo por un alcohol que se bebe por la calle, ésos que prefieren dilapidar sus dineros en fútbol rechazando la inversión en investigación, un lugar placentero y de "sangre caliente" donde es fácil mojar el bacalao nórdico de balde (y si no, cada vez más, de pago: aumenta el número de españolas que se dedican a la profesión)... No sé quién se asustaba de Eurovegas, porque hacia eso vamos todos sin remedio. Somos uno de los mayores "puticlús" de Europa.
Nuestros gobernantes estarán orgullosos; con el debido respeto, ahora que tanto se habla de la Transición y algunos se proclaman patriotas: ¿hemos conseguido algo más allá de la muñeca de gitana sobre el televisor o el torito en el aparador? ¿Éste es nuestro triunfo? Hoy, como en una película de Berlanga (maestro retratista), viene de visita el Ministro y le damos un paseo para que coma nuestras coquinas, le mostramos los parabienes de nuestras playas y, con suerte, verá un polideportivo, una procesión o disfrutará una buena corrida vespertina. Habría que vigilar y grabar la Feria de Sevilla, o el próximo Rocío, para ver con quién nos jugamos los cuartos.
Tenemos políticos, en gran parte, que no pasan de catetos venidos a más, con el respeto debido a la catetería de la que me siento parte integrante, políticos que nos están rebajando a espectáculo turístico, a proletariado estacional con sueldos de subsistencia y servicios de beneficencia, con unas universidades irrelevantes en el mundo, sin tejido industrial, desaprovechando el sol que nos inunda para abaratar (o vender) una electricidad que ya casi no podemos pagar... sin futuro real.
Parece que el único discurso creíble es este interesado liberalismo de todo para mí. Yo lo llamo "putada" y añado: no habrá fin de crisis si no erradicamos esta locura de los beneficios desproporcionados y rápidos, es verdad que hay que acostumbrarse a ganar menos ¡pero usted, gran empresario!
Recuperación: qué va, señor Rajoy, estabilización de la hecatombe y explotación injusta para mantener a la élite dominante y por tanto a la gobernante. Pero tranquilos, que este año hay Mundial. Esto es. Visto el cotarro circense, no les extrañe que en su próxima comparecencia Fátima Báñez nos pregunte dicharachera: "¿Cómo están ustedeees?".

lunes, 12 de mayo de 2014

Wert ido

"WERT IDO", Huelva Información, 5-5-14



La cultura europea ha sido cristiana; es muy difícil entender los rudimentos de Europa sin conocer a fondo el cristianismo. Lástima que sean tan pocos los que traspasan la barrera de la fe. Las nociones de Historia y Progreso son tópicamente cristianas, ninguna otra cultura de la Tierra las ha usado como nosotros: existe una génesis de los tiempos y un Final, y la Historia es el transcurso de un camino que nos lleva al Juicio. La utopía marxista se entiende mejor bajo este foco.
A finales del siglo XIX esta concepción se rompe; llegaba entonces el fin de la era cristiana, Europa comenzó un proceso de laicización que no ha parado: aunque la población es creyente por necesidad e inercia, las élites intelectuales ya no son cristianas hace algún tiempo, conceptos como el eterno retorno, el ciclo histórico, el estructuralismo, las diversas teorías del Caos o la aplicación del mecanismo autorreplicante de las estructuras materiales a lo social o a lo económico, han construido una imagen de la Historia más parecida a una hélice, a una espiral que gira en torno a un centro del que se aleja y al que se acerca permanentemente, como en un bucle perfectamente estructurado, más atinada que aquella procesión encarrilada en la divina voluntad que nos explicaron cuando los Institutos de Bachillerato eran centros de Enseñanza...
Quiere nuestro Ministro Wert, un poco ido, relegar la Historia de la Filosofía a los andurriales de la Enseñanza. Él y sus asesores demuestran o no ser muy cultos o tener fines espurios. Basta estudiar el pensamiento de cualquier época para constatar que el noventa por ciento de los conocimientos son intransferibles a otra diferente; quiero decir que cuando hoy oímos a Bach o leemos a Cervantes, no estamos apreciando lo mismo que sus coetáneos, y adentrarse en esos modos distintos de pensar es lo que nos hace cultos y tener un pensamiento rico. Creer que la física de Newton es la nuestra, que la astronomía de Kepler es la actual, que la música de Tomás Luis de Victoria es un paso previo a Melendi... es conocer algún dato, ser un erudito a la violeta que no se ha enterado de nada, es no comprender cómo evolucionan las ideas y, por consiguiente, carecer de una visión analítica, crítica, de lo humano.
Ya los socialistas pretendieron suprimir esta asignatura; el experimento acabó cuando se constató la indigencia intelectual que destrozó la formación de un par de generaciones de universitarios. Se repuso, con menos horas pero se repuso. ¿Querrá hacer también el ridículo Wert de esta manera o su intención es abiertamente contraria al pensamiento crítico? Si lo primero, está a tiempo de enmendar; si lo segundo... que el ciudadano le ponga nota.

martes, 6 de mayo de 2014

Día de difuntos

"DÍA DE DIFUNTOS", Huelva Información, 28-4-14



El miércoles pasado se celebraba el Día del Libro, ese instrumento en realidad moderno, pues hasta el uso de la imprenta, hacia 1440, se escribía y se leía para la alta voz. Hablando de libros y versos, se nos aparece don Miguel de Cervantes entre los espíritus vivos de los muertos escritores. Siempre encuentra uno algo en la obra del Manco por antonomasia que te hace constatar que los grandes libros son un amplificador para nuestras vidas; y no hace falta que sea el Quijote, leía hace poco en su Novela de las doncellas la siguiente genialidad: "[…] el deseo por la imposibilidad, cuchillo de la esperanza, fue menguando", no se puede definir mejor el realismo. Si observamos la sentencia, esta idea del desgaste paulatino del tiempo implica la imagen de la vejez, con lo que no es difícil colegir que Cervantes describe cómo el ímpetu juvenil, confiado en que podrá sacar de la vida cuanto se proponga, poco a poco se apaga porque lo imposible no se consigue y el escepticismo de la vejez degüella a una juventud ilusa pero necesaria, dado que hay un tiempo para cada cosa, y al joven toca la fe en el mundo que espera y al viejo la realidad de un mundo que pasa...
No quiero enredar, pero la lectura es un ejercicio especular, uno se lee a sí mismo en los textos igual que se ve en un espejo; por eso la indigencia intelectual no se cura leyendo, no es verdad que la lectura remedie al ignorante, cuando coge un texto no encuentra nada; el cambio radica en su actitud ante la vida. Por contra, para la persona curiosa, preocupada, el libro es un estímulo que desarrolla sus ideas y por tanto cada vez más encuentra con qué alimentarse en él, cuanto más lee más quiere, porque se va viendo madurar y crecer. Hace falta esta modestia para aprender.
El libro ha muerto. Vivimos el fin de una era. La Cultura, es decir: la sociedad, está cambiando dejando atrás la erudición y la reflexión en favor de la acumulación de datos y el consumo a gusto del cliente; esto acarrea el triunfo de la propaganda y la violencia; no me gusta este futuro que no voy a conocer.
La habilidad de Cervantes —de los clásicos— ha sido elaborar una superficie tan bruñida que siempre que alguien abre un texto suyo se encuentra en él, incluso nos vemos distintos en momentos diferentes de la vida... por eso no han muerto sus obras. Mucha de la Literatura actual no es consciente, es mero entretenimiento, no nos vemos en ella, vemos la historia que el autor nos enseña y eso cansa o pasa de moda o llega un momento en que pierde su significado original; ideal para el nuevo formato electrónico. Lector o lectora, Shakespeare entero es una reflexión sobre la vida actual y García Márquez acaba de nacer.