miércoles, 15 de octubre de 2014

Por el ébola, Mato

POR EL ÉBOLA, MATO, Huelva Información, 6-10-14




Si por patria comprendemos la riqueza histórica y cultural de una geografía, puedo entender un cierto fervor. Para mí: la Antigua Grecia. Pero estoy un poco harto de la irresponsabilidad de nuestros pseudopolíticos. Ni comparto el patrioterismo cerrado de Rajoy ni la tinta calamaresca de un nacionalismo catalán que desprecia al “fascismo españolista” para terminar imitando su fondo y forma.
Nadie discute ya que Aznar ha sido el Presidente más dañino de nuestra democracia... A él debemos meternos en el ejercicio inflacionista más grave y sin paracaídas, de un día para otro una subida de precios irreal del 66’386% (todavía estamos pagando la locura del euro); le debemos el destrozo de las costas y los pueblos con sus leyes del suelo (y la burbuja y parte de la corrupción); a él debemos estar en la mira de los yihadistas por querer entrar en la historia como un Felipe II renovado; a él debemos esa intrusión con pretensiones de legitimidad de la Iglesia en lo público, que Zapatero y hasta Rajoy han sufrido estoicamente; y le debemos momentos alucinados con su inglespañol propios de Se acabó el petróleo. Pero lo peor es que el señor es fuertote y su alarde de capacidad cojónica le llevó a invitar a una feligresa al escenario a que se los midiera...
Rajoy (un Presidente de Gobierno) y con él la derecha española son prisioneros de esta política tabernaria a lo Millán-Astray que socava las instituciones convirtiéndolas en armas arrojadizas contra el refractario. El órdago catalán enviado al montesquieuiano Judicial sólo conseguirá desacreditar la santa separación de poderes; haga lo que haga el máximo Tribunal tendrá enfrente a los constitucionalistas (¿quién reparte estos carnés?) o a los patriotas (catalanes). Eso sólo conduce al uso de la fuerza, jurídica o sabe Dios...
¿Y Artur Mas? Este honorable va a ser responsable de un enfrentamiento que terminará teniendo carácter étnico infundado, porque cuando las instituciones no valgan para responder ante un pueblo ungido llegarán los que (ya han llegado) legitimarán la desobediencia, la violencia y la segregación... ¿Que va a pasar con las familias de ambos lados? ¿Las inversiones? ¿Las fronteras? Y si hay una décima parte de la población siquiera que no está de acuerdo con ser otro país, ¿se les invitará a marcharse? ¿Qué derecho les asistirá para seguir siendo lo que quieran como los otros?Forzar una independencia con fechas tiene un coste de sufrimiento humano muy grave, callar a una sociedad también lo tiene, por eso yo estoy rompiendo en malo y clamo por una fiscalía que procese a Rajoy y a Mas por rebajar al uso privado las instituciones con las que convivimos en paz el resto de los habitantes de esta península y adyacentes. El problema es otro: es de latrocinio orquestado y de miseria.

Demoledoramente respetuoso

DEMOLEDORAMENTE RESPETUOSO, Huelva información, 29-9-14




Por mi oficio, rebusco información por diferentes medios acerca de la visita a España de Stephen Hawking, uno de los físicos sustitutos de Sir Isaac Newton en Cambridge; reconozco como un síntoma de nuestra época el descrédito del conocimiento, como de vuelta a otros momentos gloriosos de atraso llamamos "eminencias" —sin saber de qué hablan— a estas glorias, que deberían ser modelos a imitar.
Perdonen este embrollo, creo que ahora me puedo explicar; leo titulares sobre Hawking siempre buscando la escandalera de su ateísmo (otra vuelta), que si los milagros no existen, que si no hace falta un dios para explicar el universo... y, entonces, alcanzo una entrada antigua, de una visita anterior, en un conocido diario monárquico español que reza: "El prestigioso científico vuelve a atacar las creencias religiosas y asegura que no hay nada después del momento en que el cerebro deja de funcionar". Una vez más me avergüenzo de convivir con intelectuales de esta talla. Tener que aclarar esto es un síntoma de nuestra catetez, pero hagámoslo una vez más por nuestras universidades repletas de opusdeístas muchas veces rayando la demencia (yo los he sufrido y fui objeto de su proselitismo, aunque no caí por amor al sexo y otros placeres varios como mi libertad)... que lo diga Hawking: "No hay ningún Dios, los milagros no son compatibles con la ciencia".
El periódico que publica eso del ataque a las creencias, los "pro-vida" que niegan el derecho a regular las circunstancias en que se puede abortar (adiós, Gallardón), todos los que basan sus argumentos en realidades que nadie ha visto, en dogmas que no se pueden explicar con lenguaje humano, en mundos cuyos accesos están negados (salvo para ellos, claro), tendrán derecho a creer en sus vidas privadas pero bajo ningún concepto pueden hacer partícipes a los demás de hechos que, dependiendo quien los diagnostique, son frutos de la fe más pura o la psicopatía más tenebrosa.
Para que se entienda: ¿Por qué mi hijo tiene que perder dos horas de clase a la semana en un colegio público para que otros tengan religión? No he dicho que los otros no deban tenerla, he dicho que yo no he solicitado nada y me ofrecen una solución a una demanda no efectuada. Que den horario de religión a quien la quiera, pero que no me impongan como natural lo que no lo es. Esto es un descrédito de nuestra democracia. En el terreno del conocimiento, la fe del carbonero es la excepción; razón y fe no ligan, a no ser que te voten por ir detrás de un paso y no te convenga otra enseñanza. Estamos en plena vuelta al nacionalcatolicismo. La religión es otro síntoma de la ignorancia y, si no está usted de acuerdo, el debate está servido, como debe ser en cualquier sociedad moderna. Lo otro es sumisión.

Oxímoron

OXÍMORON, Huelva Información, 22-9-14



No hace falta ser un fino abogado para entender que "empresa pública" es una contradicción en los términos, un bonito oxímoron, que dicen los literatos. Tampoco hay que tener una sagacidad de jesuita para ver que si alguien en vez de atender a una sentencia cambia circunstancialmente la apariencia de su actividad para seguir haciendo lo mismo... es contumaz en el delito o comete un fraude de ley. ¡La de vueltas que se ha dado para mantener el control de las compras y las inversiones institucionales!
Propongo un par de actuaciones para estos nuevos partidos que quieren gobernar: lo primero una auditoría generalizada de todo lo público; pongo un ejemplo, y no digo nada, la Junta de Andalucía ha comprado 30.974 ordenadores fijos, a 414,5412€ cada uno, y 27.423 tabletas digitales a 277,1396€ cada una; basta ir a la web de una conocidísima empresa de productos informáticos para ver ofertas de fijos por 400€ y "tablets" desde 50 hasta 250€, ¡por comprar sólo un aparato! ¿Malos negociadores en el Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos?...
Hay que auditar todos estos entramados de "empresas", "agencias" o "entes" —..., mona se queda— en los que se pierden torrentes de dinero público y no siempre en la nada sino en los bolsillos de algunos, eso si no regolfa algo a los partidos en forma de negro capital. Y hay que prohibirlos; es verdad que hay que reorganizar la función pública, entre otras cosas para que cumpla su función supervisora y vuelvan los funcionarios a controlar y a encauzar los gastos y las inversiones en la vereda de la Ley.
Habría que hacer el seguimiento del euro cobrado como impuesto para saber qué porcentaje del mismo termina rindiendo un servicio real a la ciudadanía que lo pagó; seguramente nos llevaríamos una sorpresa y podríamos asistir al espectáculo increíble de la sangría sin compasión que nuestro Estado sufre por parte de una red de empresas dedicadas al expolio puro y duro y sin actividad económica real.
La otra actuación que les propongo no les va a gustar. Prohibir las inauguraciones, los actos públicos, los viajes salvo casos de necesidad, las comidas y demás parafernalia palaciega, e invertir la carga de las ruedas de prensa, y aquí tiene responsabilidad el periodismo dormido actual: sólo se convocarán para responder preguntas, se puede dar un sencillo dossier a los periodistas y a partir del mismo que el político tenga la obligación de dar cuentas de lo hecho, jamás presentar nada cuya única utilidad sea la propaganda, la justificación o la autopromoción, las campañas que las paguen los afiliados, al político se le elige para gestionar y convertir los deseos de sus votantes en legislación. Los hechos son su única publicidad.
Hacen falta cambios, ideas, sentido común. Pónganse, dos pasitos y se acaban las martingalas.