lunes, 23 de febrero de 2015

La ofensiva

LA OFENSIVA, Huelva Información, 16-2-15



Conste que dan olor las cuentas de Monedero, apesta a financiación no ilegal pero sí espuria, y un paso atrás (que diría nuestro galán socialista) o transparencia absoluta no estarían de más por su parte.
Pero sólo hay que ir a internet para ver la sarta de infantilidades que pretende justificar la maldad intrínseca de Podemos; desde que su discurso se basa en la propaganda goebbelsiana nazi, que si son estalinistas, chavistas, comunistas o apolíticos (como Franco)... Vídeos, entrevistas, imágenes de archivo de universidades, declaraciones o publicaciones, todo está siendo escrutado para poner en la picota al triunvirato Iglesias-Monedero-Errejón; tanto vale una falta burocrática, una maniobra —aunque sea legal— con los impuestos, como la revisión pormenorizada de una fundación...
No me sentiría estafado si este fuera el primer paso para auditar la FAES de Aznar, o la Pablo Iglesias de Alfonso Guerra, pero hoy me siento más indignado porque, insisto, aunque huela mal la génesis de los nuevos, ver a quienes la mayor parte de los españoles percibimos como corruptos estructurales, ver a partidos que han construido tramas que casi todos creemos como fuente de financiación extra e ilegal y de paso de riego de millones; esto es: los gobernantes de los que muchos sospechamos que han hecho autopistas, trenes de alta velocidad, aeropuertos, puertos, polideportivos, puentes, museos, todo lo que tuviera presupuestos desaforados para poder así distraer la pasta, disfrazados de progreso y filantropía, vienen a ahora a repudiar y condenar públicamente a unos tontainas (dicho en el sentido de la ingenuidad) que se creían investidos de infalibilidad y aura divina, pero que no han sacado un sólo euro de las arcas públicas, que sepamos. Si hay quien roba para sí, molestará a quien se sienta robado; por eso me joden más quienes destrozan la democracia y un Estado para metérselo en el bolsillo o en el partido, que no nos tragamos la impunidad de las siglas, no se puede condenar a la cárcel a un ente abstracto pero el salpicón de sus integrantes es hediondo.
Hay una ofensiva reaccionaria, las fuerzas conservadoras están en plena cacería para proteger su cotarro. Es sospechoso que los medios públicos regidos por especialistas en paraísos fiscales, contabilidades B, mordidas, contratación por tramos, subvenciones, EREs y pseudoconcertación social, en desvío de dinero público, en manipulación informativa y compraventa de poder hayan colocado en su objetivo a no-delincuentes, porque si hubieran querido ver a los de verdad sólo tenían que mirar a su alrededor, o a las cárceles y los juzgados, o en la lista Falciani, mientras un tercio de la población española está en riesgo de pobreza, señor Montoro, y no viene Dios...

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