jueves, 4 de junio de 2015

Perded toda esperanza

PERDED TODA ESPERANZA, Huelva Información, 11-5-15



Cuando comenzó la crisis algunos de nuestros líderes mundiales anunciaron la reformulación del capitalismo porque no era de sabios repetir errores. Algo similar pareció ocurrir con la política: la Transición española mostró sus costuras reventadas, el paradigma hacía aguas por todos lados incluida la Monarquía. Movimientos ciudadanos reclamaban alternativas en la calle mientras los sectores más conservadores asistían desesperados al hundimiento de los partidos y sus rondas en un océano de corrupción y pseudolegalidades encaminadas al expolio de lo Público.
Hemos dejado escapar a la economía financiera sin poner límites a sus abusos, es más: hemos pagado a la banca más de ¡70.000.000.000 euros! por habernos estafado, por haber dilapidado nuestros recursos y haberse repartido kilos y kilos de dinero (en billetes o plástico “black”). Se ríen en nuestra cara mientras nos dicen que es por nuestro bien, que no lo entendemos...
Queríamos devolver un poder deslegitimado al pueblo; había que vehicular la protesta, los partidos tradicionales no podían cumplir esa labor de control directo, viciados por sus estructuras y por ser parte constituyente del problema, y Podemos se erigió en alternativa con un discurso claro y directo, contra la corrupción pero, sobre todo, con una revisión de la gestión pública y una visión de la economía clásicamente de izquierdas... Los abandonados de la crisis tenían su herramienta.
Ha bastado el ataque personal a sus líderes, ha bastado la campaña propagandística más burda a costa de un país expiatorio (Venezuela), ha bastado que la prensa más servil y sin ideas (neutral, se autoproclama) se ponga al servicio de sus propietarios, ha bastado el olor a miel del Poder para que al final aquellas asambleas se hayan convertido en mercadotecnia y en aparato de partidos como los de siempre, hasta con campañas electorales y actos de presentaciones con músicas y atrezo. Sí, el Capital quería un Podemos de derechas y entre todos hemos convertido a un partido neoliberal y continuista, personalista y patriotero en la esperanza “de centro” de una sociedad podrida por grupos de presión del mismo palo.
Nadie vea aquí un lamento, sino el fracaso de todos. Sigamos jugando a esquivar barrenderos en los pueblos (han invadido las calles de repente), levantemos las mismas solerías, plazas y asfaltados sin motivo, donemos millones al Recre, todos los calvos al Rocío, que venga esa inutilidad dilapidadora llamada AVE, ¡un aeropuerto por favor (como en Sevilla)!, finjamos no ver a diputados asesorando a empresas contratantes, ni oír como se ofrecen bolsas de comida a cambio de votos, ya nadie habla de reorganizar la Administración..., toleremos que todo organismo que saque tajada a costa de nuestra dignidad nos mire con desprecio como a protituta protestona, traguemos la misma basura de siempre, tal vez peor... No encuentro explicación: ¡como no sea que estemos todos hartos de “perico”!

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