sábado, 2 de mayo de 2015

U.T.E.

U.T.E., Huelva Información, 27-4-15



Una sociedad que ha perdido la ilusión por el cambio, que se considera a sí misma acabada y definitiva, una sociedad que se define por su estabilidad y que no aspira a la solución de sus problemas sino que los asume como naturales, es por definición conservadora.
Vienen a mi instituto unos presos de la Unidad Terapéutica y Educativa de la prisión de Huelva. En sus historias aparecen padres politoxicomanos y maltratadores, deshaucios, pisos sin electricidad, infancias marcadas por la decepción y la falta de autoridad, torturas físicas y mentales en centros de menores, abandonos, muertes por sobredosis o agresiones, traiciones, adicciones, mentes volubles en las manos de una maldad ubicua que nadie parece percibir. Resuenan nombres como las Tresmil, los Pajaritos, el Torrejón...
Veo con impotencia el eco de unas experiencias terroríficas, envueltas con violencia y paranoia, pero veo también el ansia de poder vivir en unos presos que, en su mayoría, traspasan escasamente los veinte años. Tengo una sensación contradictoria de absoluta fragilidad, ante unas personas que parecen buscar con la mirada sólo la aprobación y el afecto no recibidos, y de estupor ante la estela de dolor y sufrimientos causados; uno lo dice contundente, "Yo he delinquido y pago, pero mis hijas no, y también pagan"...
Detrás y delante de estos condenados está el dolor. No voy a caer en el victimismo de justificar las causas del delito; yo no creo en las penas temporales, la cárcel sólo debería tener el objetivo de la rehabilitación, lo que significa que uno no sale hasta que deja de ser un peligro para la sociedad y para sí mismo. Piensen lo que he dicho, porque no es demagógico y es una propuesta extremadamente dura. La regularidad puede ser un objetivo inalcanzable; ése es el esfuerzo. Pero requiere un vuelco en la inversión y todo sería inútil sin unos servicios sociales que realmente pudieran disponer para evitar en su origen el problema. Porque todo lo que he dicho al principio ocurre en nuestra moderna y rica sociedad, que permite la existencia de focos de podredumbre asumiéndolos como parte connatural de nosotros mismos, garantizando a algunos de nuestros chiquillos un porvenir adorable de drogas, armas y violencia extrema, porque les ha tocado en esta loto liberal.
Una sociedad viva trabaja por evitar estos focos de perversión, no se puede, en nombre de una libertad de mentira, dejar a niños inocentes padecer la locura de sus padres. Cada céntimo gastado en esos lugares debe traducirse en una oportunidad para la dignidad, no es respeto dejar al desgraciado serlo, insisto en mi tesis de Cultura y Consecuencia, cuando hacemos eso bajo el paraguas de la "diversidad" somos racistas, porque ningún concejal metería allí a su hijo, ni nosotros. Menos Recre, menos Rocío, menos Carnavales, menos Semana Santa, menos rotondas, menos demagogia... y más trabajar por el futuro.

Inestable

INESTABLE, Huelva Información, 20-4-15



Que no nos engañen, el PSOE no puede estar contento con los resultados electorales. Nada de lo que se propusieron los socialistas ha salido bien. La excusa de la estabilidad está mostrando su verdadero rostro con la Mesa del Parlamento y la Investidura. Querían una mayoría absoluta en una especie de salto al más allá (de Andalucía) y se han encontrado con una victoria pírrica que desbarata todos los planes; un poco el negativo de lo ocurrido con Podemos, que auguraban una victoria trascendente y se han encontrado con una derrota mucho más dulce de lo que han querido mostrar.
¿Cómo piensan gobernar? ¿Negociando cada entrada del BOJA? Yo no me lo creo. Temo que hemos pagado unas elecciones a mayor gloria de Susana Díaz, lo que incluye sus circunstancias personales, sí, esto no es machismo, sí lo fue el uso electoral del pichi marcando una buena esperanza que al día siguiente nadie vería con la prenda negra.
Al final vamos a pasar otra vez por las urnas, quizá cuando tranquilicemos un poco las papeletas; cuando se vea qué pasa con Pedro Sánchez el Equivocado (por Dios, sólo eran dos botones...) y el partido sea presa de la desesperación, cuando haya que aprobar aquí otros presupuestos porque los que votó IU ya no den más de sí. Con menos escaños se habrían visto obligados a pactar, pero así nos venden una alegría que no tienen, porque saben lo que les espera. Díaz no ha cerrado nada, lo ha abierto todo.
Porque nuestra casi-Presidenta no está dando esa imagen de ganadora que pretendía, esa especie de Macarena adorada por las masas que nos enseñaron aquella noche en la que, sintomáticamente, el tertuliano más contento por las televisiones era un tal Inda, un reaccionario sin más. Ella sabe que tiene cogido por los compañones a una parte del voto andaluz, pero para conseguir la absoluta sólo puede hacer una cosa: distinguirse realmente del PP, no sólo en la imagen, e iniciar una investigación interna que vaya por delante de la judicial y no al revés, dejando atrás ese lastre asfixiante.
Pero no lo va a hacer, porque nuestros políticos vienen de dentro, deben sus carreras al partido y están vigilados por los diferentes grupos de intereses que se mueven en casa; todos tienen méritos pero también cadáveres en el armario y el juego está en saber cómo se irán ocupando los diferentes tronos. Tronos, e hilando hilando tenemos a Iglesias regalando la serie homónima a un felicísimo Rey... Quizá termine regalando la serie del narcoprofesor Heisenberg a la señora Botín; la de las escuchas de la Policía de Baltimore a Rajoy; la de los Soprano a Bárcenas y Rato y esa reciente momificación del tópico de "aquí abajo" a Susana Díaz, y habrá comenzado el cambio para que nada cambie.

Rocío

ROCÍO, Huelva Información, 13-4-15



El binomio Tradición-Cultura presenta dos polos antagónicos que han sido una parte trascendental de la dinámica social. La tradición no se elige, se hereda; es la Cultura la que nos permite sobrevolar estos cromosomas sociales, y por eso cambian las sociedades y las costumbres se transforman. Cortar clítoris es un atavismo de determinados grupos sociales, sólo la educación y el tiempo alterará ese "hermoso" hábito.
Nuestros políticos, llevados por un popularismo mal entendido, confunden ambos conceptos y eso es un flaco favor para el pueblo que tanto dicen respetar. Porque la catedrática oye a Bach; el ministro lee a Góngora; la investigadora viaja al Hermitage a ver impresionismo francés; y el notario admira por las tardes su biblioteca de primeras ediciones; y a veces visitan los pueblos andaluces para ver la hermosura de nuestras fiestas y costumbres, a comer nuestras comidas tradicionales y a admirar nuestra fe más infantiloide llena de figuritas, santos propiciadores, promesas y exvotos.
Nada hay más clasista y reaccionario que esta concepción aparentemente permeable de la Cultura que, en realidad, marca claramente territorios desiguales; porque la gente que conforma las tradiciones no puede acceder a la cultura superior, mientras los otros pueden transitar de uno a otro terreno según sus voluntades. Sí, he dicho superior, porque en el conocimiento hay una gradación que tiene que ver con la complejidad y la formación, ¿o es igual un curandero que una neurocirujana? ¿Es lo mismo Melendi que Bruckner? ¿Las historias de la abuela que Unamuno? La persona culta debe tener el compromiso de atraer al conocimiento a quien ignora, no seamos cínicos: ninguno de los que disfrutamos de este privilegio nos cambiaríamos por alguien que ignora todo. Qué egoísmo más ramplón, aprovechándonos de quienes no pueden darse cuenta de su tragedia. No creo que haya que dar más explicaciones.
Respetar la tradición es saber su función social, aglutinante de la estabilidad, conservadora; promoverla es inmovilismo, a veces es prolongar la mano oscurantista de la sumisión, del prejuicio, del patrioterismo más tontaina, es dejarse ocupar la libertad con los fantasmas de la "normalidad" y lo que Dios manda. La obligación del Estado debería ser velar por la legalidad y los derechos. No hay que pelear contra las tradiciones, no podríamos ni querríamos negar la emotividad que comportan; una Educación seria y bien diseñada es suficiente para que la sociedad cambie como cualquier organismo vivo; ser progresista tiene un baluarte esencial en la lucha por la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento, porque libera y da placeres, hace una vida más digna; sin duda, nos hace falta un nuevo rocío que nos renueve cada mañana.

Claroscuro

CLAROSCURO, Huelva Información, 6-4-15


Tiene uno que parar un poco para admitir que ha pasado un año, tantas cosas, tantos acontecimientos, dolor, alegría, todo enterrado en el olvido, salvo tres anécdotas que conformarán nuestra memoria y nuestra vida mintiéndonos sobre lo que ha sido...
Vuelvo a pasear por Cortegana, paro en la papelería de la Plaza del Prado donde, mientras rebusco libros, entra una clientela familiar que convierte el negocio en realidad cotidiana en vez del mero intercambio y se agradece. Compro un puñado de ejemplares viejos, que ya tuvieron dueño (Steinbeck, Cervantes, un anónimo inglés...); subo, acalorado por este primer verano intenso, buscando ilusionado otra librería pero está cerrada y continúo hasta la Plaza del Casino de Abajo; encuentro allí a Antonio, también profesor, que me saluda efusivo y ocioso, con la salud del encinar; hablamos de política, de trabajo y de la salud de otros amigos, que ya vamos dejando atrás la juventud, y me cuenta que mi artículo de hace un año sobre el pueblo tuvo defensores y críticos; me alegra y halaga que se acuerde y me recuerde el efecto. Uno escribe para no contentar sino para dar a pensar.
Veo obras, soporto ruido, vallado y molestias, el estruendo que precede a las elecciones municipales, ¿no habría manera de garantizar que los partidos que hacen esta felonía no pudieran presentarse?; echo de menos a ese personaje que siempre pide al transeúnte para un cafelito y alguien comenta al forastero que en el pueblo hay algo más de dinero y movimiento, aunque ya sólo hay ricos y pobres, "La clase media desaparece como en toda España" replico yo, el signo de nuestro tiempo injusto; lo llaman recuperación y no es más que el resultado bien calculado de esta estafa mundial llamada crisis. No quieren ver que el Gobierno, la inversión, las infraestructuras, todo se hace para esa clase media consumidora que están matando, se ahorcan ellos solos y no lo ven, todo lo público será tarde o temprano todavía más deficitario por falta de pagadores. Han vencido... para perder, el fin de una era.
Entonces, atravesando la escandalera de la obra, aparece un puñado de chiquillos portando un paso a hombros, un bombo y una caja con esos ritmos militares que se empeñan en calificar como religiosos, caminan despaciosos imitando a los costaleros mayores... Se mezclan la ternura de la estampa con el desespero de saber que las tradiciones ocupan el lugar que habría de tener el pensamiento crítico, son la cueva de la ignorancia y así nos va, imparable Andalucía tópica repleta de incienso y cera, el espectáculo para los señoritos está hecho, el pueblo llora en las esquinas esa ignorancia traducida en fe. El espanto. Paso otra vez por solares abandonados en Cortegana, decadentes, pero la primavera revienta hermosa en ellos.

Maquiavelo

MAQUIAVELO, Huelva Información, 30-3-15



Dice Maquiavelo, príncipe del conservadurismo, que la estabilidad es el único objetivo del buen gobierno, pues sin ella no hay felicidad posible; que todos robamos, dice también, es un hecho de nuestra naturaleza, somos malos, por eso el mejor rector roba y controla que todos obtengan lo suyo, y así se garantiza que hasta le defiendan sus agraviados súbditos.
Yo, un progresista, el pasado lunes postelectoral, me levanté cabreado con sensación de fracaso: había ganado la derecha y, claro, eso desarbolaba mis ilusiones. Quede claro que con más participación y menos de 100.000 votos que la vez anterior, con el mismo número de diputados que esas últimas elecciones, que perdieron, los representantes del PSOE son mayoría en el Parlamento Andaluz, y nada más hay que añadir. Es la democracia.
No quise votar a Susana Díaz porque me avergüenzo de unos gobiernos que huelen a políticos profesionales que jamás han pasado por otro nombramiento o contrato que los de la política, porque no oí una sola propuesta creíble en la campaña sino un ataque frontal a un Mariano Rajoy que me merece la misma o peor opinión. Me avergüenzo de gobiernos que han traído el hambre de nuevo a Andalucía, que han conseguido un paro juvenil que supera el 50% ó que un tercio de la población esté en los umbrales de la pobreza, que mienten descaradamente sobre la situación de una sanidad o una educación recortadas sobre el esfuerzo de los profesionales, que ni ha tenido ni tiene intención de aclarar con documentos la presunta corrupción que colapsa con miles de investigados los juzgados... ¿Que van a ir destituyendo a los detenidos? ¿Es broma? ¿Y por qué no auditan e investigan de una puta vez desde dentro?
Valderas no debió participar en ese ejecutivo sino ocupar su lugar natural de análisis y crítica, de propuestas de izquierdas en vez de escudarse en esa martingala de que quien gobierna se quema, porque eso mismo dice el PP. Denunciar esta situación estructural de Andalucía le habría alejado del miedo a Podemos, amigo irremediable, y le habría mantenido el voto de las pasadas elecciones y habría sumado algo. Eligieron estar ahí dentro y se han comido la mierda del PSOE. Así se ve desde fuera. ¿Ningún responsable? Si yo fuera militante de IU estaría muy cabreado... Cierto es que el nuevo rumbo con Maíllo y Garzón promete, pero a qué precio.
Han ganado los conservadores. No es erróneo denominar así a un electorado que antepone la estabilidad al cambio, que prefiere lo malo conocido a la crítica y la innovación capaces de alterar la vida diaria. Esto es ser conservador. Históricamente Andalucía lo pasó muy mal y en las últimas décadas ha habido una mejora innegable; esto no puede ser excusa para no revisar cómo se han ejecutado los planes: al césar lo del césar y al pueblo lo del pueblo.

Cerbantes el imán

CERBANTES EL IMÁN, Huelva Información, 23-3-15



Puedo alertarles sobre la última gran estafa española: Cerbantes. Bueno, sus huesos. Les recomiendo una entrevista en TVE a Francisco Rico, catedrático y referencia obligada en el cervantismo (la nobleza de la filología hispánica, en la UHU tenemos a Canseco) que solventó el acontecimiento con un solemne "A mí todo esto me parece una tontería". Otro catedrático tajamar en esos estudios, Javier Blasco, me confesaba indignado haber arrastrado a unos entrevistadores, en otra televisión, hacia la financiación ilegal de los partidos, tema más útil.
No es que esté mal saber dónde están sus restos, lo que es nefando es la cultura de cartón-piedra y Nodófila (de No-Do) en estos Gobiernos (Andalucía es igual). Sé lo que digo, yo he gestionado fondos públicos para Cultura y he sentido vergüenza ajena con algunos (y algunas) de incapacidad limitante hasta la frustración, eso sí, con las facturas a nuestro nombre. Si no hay foto, no hay acto; el problema es que la formación de un pueblo no tiene duración...
Unos partidos, un Ministro de Educación y Cultura, Wert, y una alcaldesa de Madrid que jamás se ha caracterizado por la expresión pública de su formación intelectual (que no dudamos, pero no hemos visto), Botella, han procurado un revuelo basado en un "tal vez" de un equipo de forenses que pretende convertir a Cerbantes, el grandísimo, en un imán de frigorífico. A ellos, los responsables, les da igual que nadie lea a Cerbantes porque los niveles de lectura de este país son casi tercermundistas, les da igual que la obra, la flor de la vida del Manco, se pierda en desuso, mientras nos convocan a la celebración del excremento de su cuerpo (Rico "dixit").
Es la Cultura hecha espectáculo, conseguir interesar al pueblo español por un tal Cerbantes que fue muy grande y nuestro, aunque no sepamos por qué ni saquemos provecho alguno de sus letras. El parque temático es la nueva catedral, uno se va a La Rábida, ve unos indios de plástico y unos figurantes disfrazados y se imbuye de "Huelva Descubridora" y toda esa basura patriotera que lleva a los pueblos a perder la dignidad ante unos gobernantes traidores a la Razón.
Vargas Llosa, no un revolucionario precisamente, ensayó sobre esta banalización del saber, vaticinando un colapso. Por cierto, ya que rebuscamos en su intimidad, usamos su apellido como él lo escribía en privado, con "b" y, mientras, uno se pregunta si estos politiquillos, ricos algunos, de buenas familias, codeándose siempre con la élite consumidora de antigüedades y hermosas bibliotecas, amantes de la pintura y el viaje, son conscientes o no del daño que infligen. Si no lo son, que se vayan por incompetentes; si lo son, son unos hijos... dalgo.

Memeces

MEMECES, Huelva Información, 16-3-15



El nivel de los debates electorales de la semana pasada fue desesperante. Qué mal hablan los elegibles, especialmente en los partidos grandes. En el primer asalto, a tres, no pude evitar reír en familia cuando J. M. Moreno dijo un "Semo", corregido de inmediato con un "Somos", le faltó el "Aquí habemo perzona"; y Susana Díaz (más embarazada que de costumbre; no soy machista, en su primer acto ella usó su buenaesperanza para pedir el voto) cada vez entona más una musiquilla de Centroamérica, y no es que eso sea malo pero sí muy raro respecto de su enorme orgullo andaluz, suena impostada... En el segundo "round", Carlos Rojas, del PP, hizo el ridículo reconviniendo a los demás a hablar de Andalucía y no del Gobierno central y don Mario Jiménez semejaba un colegial asustado leyendo cartelas al dictado, careciendo de cualquier argumento político (le da igual), de vergüenza. Mucho más dignas estuvieron las fuerzas minoritarias, pero sin poder casi hablar por culpa de un formato televisivo propio de república bananera.
Y si entramos en lo retórico, la gramática, la pobreza léxica... Sólo oímos fórmulas prefabricadas y una escasez intelectual que preocupa a cualquier intérprete. Penuria expresiva suele ser sinónimo de morbidez cultural, no es Ley pero suele ocurrir; no se trata de títulos académicos, ya lo decía Machado: se debe escribir como se habla y hablar como se escribe, ésa es la lengua culta, la naturalidad, no tantos "elementos", "implementar", "poner en valor" y esa sarta de gilipolleces con que nos riegan estos profesionales de no perder el sitio.
¿Contenido? Inexistente. Inútil. ¿A quién interesa ver una disputa entre dos partidos que ya gobiernan y están haciendo exactamente lo contrario de lo que ahora prometen? Éstas van a ser unas elecciones de madurez democrática, el bipartidismo está en peligro porque las propagandas oficiales (lo que incluye las estrategias de la prensa, vergonzantes) no cuelan, un 40% del electorado hierve en dudas aguardando como agua de mayo ideas, novedades, honradez y compromiso político de verdad.
Vamos a ir a votar como los teólogos negativos medievales: asumiendo lo que no es. Imposible dar patente de cargo público a uno que compra papeletas dando un millón de euros al Recre; imposible a éstos que están destrozando la Sanidad andaluza faltando al respeto a los profesionales (rebajas de sueldo, contratos por horas, exigencias como premio a la precarización), los que han quitado sueldo y pagas a un profesorado sobrecargado para echar de los centros educativos paupérrimos a casi 5.000 interinos (muchos jóvenes recién estrenados); imposible a los que han "logrado" tener más de un tercio de la población en riesgo de pobreza y exclusión social... Quiero un partido que regule la pasta gastada de estas campañas-para-nada y me devuelva la confianza de votar a quien lo hace bien, sin más. No es tanto.

Condiós

CONDIÓS, Huelva Información, 9-3-15



No entiendo el revuelo por el contenido o los criterios de evaluación de la religión en las leyes de educación del PP. Son casi los mismos que se redactaron con el PSOE en anteriores legislaturas; si aquéllos son denunciados como catequesis, éstos deberían haber sido denunciados igualmente, pero se ve que prima el interés electoral. ¿Qué esperaban? ¿Clases de doctrina católica a gusto del progresismo?
Yo voy a ser claro: no es posible conciliar razón y fe. Y cualquier intento lleva a la esquizofrenia intelectual. Se trata de la quiebra de leyes estructurales de la razón; la decisión es sencilla, o demolemos la capacidad racional de nuestros estudiantes con conceptos como creación, espíritu, milagro, intervención divina... o aceptamos que la enseñanza versa sobre lo que racionalmente es reconstruible y observable. Lo demás no tiene ningún sentido, ninguno, por lo que cualquier tipo de acuerdo con el Vaticano debe renegociarse al menos en lo que se refiere a este extremo; la enseñanza pública de un Estado aconfesional no puede mezclarse con creencias voluntariamente irracionalistas, como lo es cualquier credo. Hay que denunciar este prurito del cristianismo para distinguirse del resto de religiones como si creer en sus fantasías estuviera más justificado.
No voy a lo personal, a la fe como fenómeno íntimo; el Estado no debe entrar jamás en ese fuero, pero debe cuidar que nadie pueda imponer "conocimientos" sin pasar por el filtro de la crítica pública y las evidencias. Precisamente porque hay elecciones, hay que exigir compromisos reales a la futura mayoría: la religión debe quedar fuera del currículo y del horario lectivo ya; y se debe regular para que sus contenidos cumplan la Constitución, ¿imaginan una asociación que no permitiera cargos de dirección a mujeres o que llamara enfermos a los homosexuales?
Me parece hipócrita esta discusión sobre la catequesis en las aulas públicas. Todos colaboramos con esta sinrazón que tanto sufrimiento, engaño y negación de la vida causa: oigo en la radio que "Nuestro Padre" procesiona por Huelva (estuve a punto de llamar al mío), leo en este mismo diario (en todos) a periodistas que dan por real la existencia de santos, dioses y demás seres mitológicos. Así la cúpula eclesiástica se siente justificada para seguir su labor de proselitismo lujurioso y brutal, de jícaras de chocolatillo y mojicones en salas capitulares, palacios, catedrales y alta diplomacia (un bravo por los creyentes de base, mendicantes y solidarios). ¿Para cuándo la excomunión de un sólo especulador, explotador, dictador o régimen criminal escudado en la teocracia?
Éste es el debate político y no las martingalas de siempre. A mí me habla de noche John Lennon pero no pido negociar, ni reclamo a los demás que acepten mis revelaciones ni les condiciono sus vidas; acepto el espíritu... de las leyes, ¿y los obispos?

Comerás huevos

COMERÁS HUEVOS, Huelva Información, 2-3-15



Verdaderamente patético fue el debate entre los líderes del Gobierno y la Oposición el pasado martes. Una vez más, asistimos a la representación de la estupidez más supina en un diálogo de sordos ciegos que pugnan por la vara de mando con la que azotan al resto de los españoles (salvo a los suyos). Patética fue Susana Díaz, esa misma noche en Isla Cristina, con ese molesto soniquete medidamente maternal e identificando su gobernanza con Andalucía y a sí misma con la bandera, recurso patriotero propio de la más rancia derecha caciquil.
Es impresionante el enroque conservador de PP y PSOE, augurando el fin de la democracia y la ruina provocada por aquéllos que se atrevan a votar a las variadas ofertas con posibilidades de acabar con su bipartidismo. Se acusa de ¡catalanistas! a los de Ciudadanos, y poco a poco se ha identificado a Venezuela con una dictadura que enmierda todo lo que toca, incluidos Monedero e Iglesias. No seré yo quien defienda ese espectáculo lamentable para la inteligencia humana que han sido los gobernantes venezolanos, pero ¿vamos a procesar al Rey Felipe por acudir al entierro del dictador saudí? ¿Vamos a meter en la cárcel a los ministros que han autorizado venta de armas a regímenes sospechosos? ¿Auditamos a las grandes empresas españolas que trabajan para dictaduras sin el menor respeto a los Derechos Humanos? ¿Qué me dicen de China y nuestra reforma de la Justicia Universal? Hace falta tener muy poca vergüenza o ser el sepulcro blanqueado más lleno de carne tábida para atacar a la víbora arrojándole un ejército de víboras...
Actúan. Saben que sabemos que saben. Pero actúan, ése es su oficio político, el cálculo del efecto televisivo, nunca dicen nada porque sólo cuenta esa imagen que el votante infantilizado usará para elegir su estampita. Y no querría tener que decir que en Andalucía es peor.
Cuando seas mayor, comerás huevos. Hay una parte grande de la ciudadanía que está harta de ser tratada como infantes, que oye el discurso de Rajoy y se pregunta si lee lo publicado por su Instituto Nacional de Estadística: durante la crisis un 39% de bajada en los salarios de los trabajadores, un 24% de aumento para los directivos y un 25% de los contratos realizados cobrando en torno a 300 euros al mes. Y Esperanza Aguirre dando “espantás”, Celia "Candy" Villalobos insultando a sus entrevistadoras, y papá te dice que es por tu bien, que sólo así se puede conseguir mejorar, que aunque haya medio millón de parados más que al comienzo de su gobierno eso servirá para crear tres millones de empleos... y en los pueblos todos en obras, casualmente, y don Mariano prometiendo ayudas y quitando tasas de los juzgados, y minirreformando lo del aborto, y yo hasta los mismos de los mismos y harto de huevos.

Todos a la cárcel

TODOS A LA CÁRCEL, Huelva Información, 23-2-15




Éste fue el título de una película de nuestro Berlanga, retratista oficial de la patria, estrenada en 1993, época decadente que hoy se nos antoja incluso inocente: se organizan unos actos en una prisión y por allí desfila perfectamente perfilada nuestra infantería de politicastros, curas, militares y merodeadores de lo público preguntando por lo suyo. Digo yo si, como Julio Verne, no se estaría anticipando nuestro berlanguiano director a la realidad actual, en una especie de providencial sabiduría.
La indignación del ciudadano parece ser estirable como un chicle adolescente. Qué bochorno ver la Diputación de Huelva tomada por la Guardia Civil; uno no es abogado pero si los papeles públicos están a disposición de todos, está claro que se ordena un registro previendo la comisión de posibles delitos graves y la falta de colaboración de la institución, si no: bastaba con ir con el DNI a pedirlos. A no ser que queramos ver fantasmas en los juzgados, y los habrá; pero compadezco a los jueces, porque hagan lo que hagan tendrán delante al presunto delincuente denostando su trabajo, porque si cita antes de las elecciones a los políticos es porque querrán influir en las mismas, y si los cita después ¿no habrá quien diga lo mismo desde el otro bando? Qué hacer, yo lo tengo claro: todos por delante.
Se te cae el alma al suelo, la tentación de convertir este artículo en un semanario de la estulticia es una propensión muy fuerte... cómo evitar la desesperanza. La sensación de que el poder lo detentan gentes sin la menor vergüenza por lo que hacen, sean delincuentes o incompetentes, qué más da, es atronadora. Y todos sabemos que en el país no hay revueltas porque contamos con una economía sumergida brutal, en torno a un 20% del PIB, según quien lo diga. Pero lo peor es que iremos a más, estamos diseñando una ciudadanía defraudadora cuando no directamente delictiva: porque si yo tengo que criar a mis hijos y darles un futuro con 700 euros al mes, lo tengo claro: traficaría. Para qué deslomarse en un tajo si en una hora puedes tener el doble y sin ser explotado por un golfo que se lo gasta en putas...
El periodista Alberto Arce, que trabajó en Honduras para Associated Press, dice que el 20% de la economía de este país es narcotráfico, y es que hacer en un día una pista en la selva para estos menesteres da a un pueblo el equivalente entero de un mes de trabajo; dice que hay una guerra sorda provocada por la miseria y las condiciones de vida que vuelcan a los necesitados hacia el delito, con nuevas generaciones sin oportunidades y sin futuro, con más muertos que los producidos por Estado Islámico, ¿cómo podemos pedir a esos jóvenes un comportamiento ejemplar?
Hacia esto nos conduce don Mariano con la ayuda de Pedro y Susana. Al final todos a la cárcel.